miércoles, 22 de julio de 2009

PROTECCIONISMO AMOROSO *



Me pareció interesante este artículo del libro "Amores Altamente Peligrosos", de Walter Riso, un psicólogo argentino que reside desde hace muchos años en Italia.

Creo que, aunque este blog no tiene muchos comentarios, es suficiente con que tres o cuatro lectores curiosos por este tema, se interesen por él y, a lo mejor, les resulta de utilidad, más allá de la infinidad de anécdotas personales que pululan por este medio, muchas de ellas me hacen dudar de su autenticidad porque el "malo/a" nunca está del lado del que las escribe. Por eso me abstengo de formular experiencias personales porque temo no ser objetivo en su relato.

NECESITO QUE ME NECESITEN.

"Existen dos creencias que obran como un impulso irrefrenable en este tipo de personas: "La ternura excita" y "la fragilidad me produce ternura". La conclusión es definitivamente contraproducente: "la debilidad del otro me atrae y me seduce". Y no hablo de dar amor sanamente, sino de la tendencia a convertirse en cuidadores crónicos.

Los sujetos pasivo/agresivos muestran esa faceta de desprotección/indefensión que, sin ser constante, es suficiente para que los "papás" y las "mamás" de turno se sientan conmovidos. Un paciente médico describía así su primera impresión cuando conoció a la que sería luego su esposa: "Cuando la conocí por primera vez sentí un irrefrenable impulso de socorrerla... Eso se confirmó cuando tuve la oportunidad de conocerla mejor... Al mes ya estaba haciéndome cargo de sus problemas y manejando su vida, que era un cúmulo de cosas sin terminar. Me sentía obligado y felíz de completar lo incompleto o mejorar lo que ella había hecho mal... Era una forma distinta de poseerla. Hoy, todo eso se ha convertido en una pesadilla para mí, es como si hubiera adoptado a una hija. Cuanto más la ayudo, más problemas le surgen y la verdad que estoy agotado.

La esposa de mi paciente era una profesional destacada en el área financiera y trabajaba en una importante empresa del sector, pero cuando estaba con su marido entraba en una estado de inutilidad crónica intolerable.

¿El hombre fue víctima de su propio invento? Sólo en parte, porque ya existía en ella esa disposición. Lo que hizo mi paciente fue poner en movimiento el sistema y echarlo a rodar.

Si entras en el esquema del proteccionismo afectivo, vale la pena revisarlo. No necesitas una pareja que adopte el rol de hijo o hija, ni unirte a otro por sus debilidades.

Además, desde un punto de vista pragmático: ¿para qué quieres una persona que "no puede vivir sin tí pero te martiriza"? Las personas proteccionistas esconden un sentido de responsabilidad desproporcionado y una idea de culpa.

Si no cambias esa manera de relacionarte con los demás, los individuos pasivo/agresivos seguirán ejerciendo sobre ti una atracción difícil de controlar: serás un adicto o una adicta a la debilidad ajena.

El esquema de proteccionismo amoroso podría asimilarse claramente al concepto de codependencia, donde el amor se confunde con querer ayudar y secundar al otro a cualquier precio.

Pero si ser codependiente ya es una cuestión que te amargará la vida, ¡cómo será serlo de alguien pasivo/agresivo! "¡No sólo debo cuidarte, sino convencerte de que me dejes hacerlo!" ¿Habrá mayor necedad?"

Con el afecto de siempre.
MAURICIO.