¿Cuál es el motivo que me lleva a esta nueva entrada, después de tantos meses de silencio? He superado parcialmente mi escepticismo sobre el futuro de los sistemas de gobierno, y a raíz de una noticia publicada en los diarios de esta mañana en Buenos Aires donde se da cuenta de una nueva formación política para DEFENDER LA DEMOCRACIA -formada por hombres muy conocidos por nosotros y que integran varios personajes de la derecha que participaron para nuestra desgracia, de los golpes del 55, 65, 76 y el "menemato" del 89- he decidido esta intervención. Esto no es fijar una posición política, sino un ensayo de la memoria, qué es lo que nos dejaron y nos dejan esos nombres, entre los que figura, lamentablemente, Alfonsín, quien su padre sufrió, paradójicamente, las consecuencias del golpe económico realizado por esos representantes del PODER, que lo llevaron a entregar anticipadamente el gobierno.
Pero no lo voy a hacer con mis palabras, sino con la de José Saramago, extraídas de su libro de reciente publicación "El último cuaderno" que recopila los textos escritos en su blog desde marzo de 2009 a junio 2010, Editorial Alfaguara.
"DÍA 24 - ¡QUE VIENE EL LOBO!
La historia, por lo general contada por el abuelo de la familia, era inevitable en las veladas pueblerinas, no como simple divertimento para los inocentes infantes, sino como pieza fundamental de un buen sistema educativo, precursor, de alguna forma, del juramento que los testigos se coprometen, o comprometían, a decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.
La duda que aquí expreso resulta simplemente del hecho de no ser asiduo de tribunales, mi curiosidad sobre las diversas manifestaciones de la naturaleza humana no me ha incitado nunca a meter la nariz en la vida ajena, incluso tratándose del mayor criminal del siglo. Maneras. Pues bien, lo que la historia del abuelo contaba era que un joven pastor de ovejas, tal vez para entretener sus solitarias horas en el campo, decidió un día gritar que venía el lobo, que venía el lobo, de tal modo que la gente de la aldea armada de cayados, cachiporras y algún trabuco de la penúltima guerra, salió en tromba para defender las ovejas y de camino, al zagal que las guardaba. No era verdad y como mentira, parecía bastante convincente.Nada, del lobo ni rastro. Como ustedes saben, a la tercera vez, sin embargo, nadie se movió un pie de su casa, estaba visto que el zagal mentía.
Sin embargo, el lobo se llevó las ovejas que quiso, mientras el zagal encaramado en un árbol, contemplaba impotente el desastre.
Aunque el tema de hoy no sea ése, viene al pelo recordar las veces que MUCHOS DE NOSOTROS TAMBIÉN GRITAMOS QUE VIENE EL LOBO. Fueron muchos más los que negaban que el lobo viniese, pero al fin vino y traía una palabra en el collar: crisis.
(...)
Temo, no obstante, que los patrioteros de costumbre comiencen a gritar por ahí que viene el lobo. De acuerdo que algo viene, y es la necesidad de aproximación de los pueblos de la península, este de aquí y los otros de allá.
La HISTORIA, cuando quiere, empuja mucho."
En su tapa, el libro de referencia, tiene una frase manuscrita por Saramago, que dice: EL BLOG VA ILUMINÁNDOLE EL CAMINO AL AUTOR, ES ESA SU VIRTUD".
Con el afecto de siempre.
Primero quiero decirte que me encanta que vuelvas a escribir en el blog. Siempre me gusta lo que expones, no te pierdas.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que publicaste me gusta mucho, me recuerda a esa misma fábula que me contó mi mamá cuando era una niña. Gracias por recordarmela, siempre haces algo o escribis algo que me lleva a mi adorable y algunas veces triste infancia. (Vos sabés)
Te dejo un beso enorme, como siempre. Muuuuuackssssss!!!!!!!