He pasado muchos meses sin escribir en el blog, pero de alguna manera quiero contarles lo que ocupa mis pensamientos en estos momentos. Reconozco que no es agradable escuchar a alguien contar su dolor, pero anoche no podía dormirme recordando a mi hermano, a quien ya no tengo a mi lado y con quien compartí tantos momentos agradables, otros tristes y otros difíciles. De pronto, recordé el blog y me dije: aunque a él no le gustaba mucho esta práctica, esta sería una forma de prolongar su recuerdo. Lo siento porque éramos los dos últimos de siete, él era un año menor que yo, de manera que he quedado solo en mis recuerdos y mirando solitario ese mar al que él quería volver cuando ya no estuviera con nosotros.
Nuevamente, les pido perdón por esta debilidad, pero ya me siento mejor después de haber compartido estas breves líneas que me permitieron comprender que el recuerdo es el mejor camino que debemos recorrer para seguir amando.
Con el afecto de siempre.
Nadie se va, mientras alguien lo recuerde, Adal.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Gaucho, por tus palabras que tan bien me hacen. Un abrazo.
ResponderEliminarNunca se van... siempre viven en nuestros corazones, y están ahi presentes con cada latido. Los recuerdos son un "tesoro" preciado que vive en nuestras memorias y nos llenan de emociones. Recordalo como fue! con sus enojos y sus risas... bien transparente y asi perdurará tu "tesoro"... para siempre.
ResponderEliminarTe quieroo mucho, mucho y me encanto lo que escribiste.
Te regalo la palabra "tesoro". ( siempre me la decia mi papá) y lo llevo bien adentro de mi corazón... vos sabes...
muuuuuuuuuackssssss!!!! (miles)
Qué hermosas tus palabras y las recibo con mucho sentimiento. Te quiero mucho. Besos.
ResponderEliminarSé lo que sentís y te doy un abrazo bien fuerte. Te quiero mucho!
ResponderEliminarSí, bien lo sé cuánto me querés. Un abrazo!
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